Querida Bibian Sophia:
Te
escribo de esta manera, tras la discusión que sostuvimos por Facebook y que
desembocó en una serie de comentarios agresivos de tu parte y que me dejaron
pensando sobre que clase de mal entendidos han surgido entre los dos.
Debo
comenzar por presentarte excusas, pública, abierta y honestamente, si algún
comentario de mi parte se ha transformado en un agravio. Me deja pensando que
afirmes que han llegado rumores sobre cosas que cuestiono de tu cuerpo o de tu
hoja de vida, al igual que de Tatiana Piñeros. Lamento que los rumores o
chismes lleguen a estas instancias y no es mi interés lastimarte ni ofenderte.
Ahora
bien, en tu labor como contratista de la Subdirección de Asuntos LGBT de la Secretaría
de Integración Social, en la cual desempeñas funciones públicas, es otro el
asunto. Allí debes recordar que desempeñas un trabajo financiado con recursos
públicos, y lo más importante: al servicio de la comunidad.
Como
ciudadano, interesado en estos temas, he tenido acercamientos con algunas
instituciones distritales, en donde he sido informado de las capacitaciones que
has brindado y sobre los contenidos alcanzados. En este sentido si aparecen
interrogantes sobre los contenidos y enfoques que estás dando a esos trabajos.
Las
personas trans (uso este termino para englobar desde transformistas hasta
transexuales) requieren medidas de política pública que van muchísimo más lejos
que las capacitaciones y sensibilizaciones. El marco legal vigente en Colombia
deja algunas puertas abiertas y la jurisprudencia de la Corte Constitucional da
algunas luces más sobre cómo desarrollar el marco de derechos humanos y
derechos fundamentales que hay vigente en la actualidad en el país. Y de
acuerdo a lo que he conocido en las instituciones del Distrito, este no es el
enfoque que has usado, junto con otras personas de la Subdirección, quizás sean
estos comentarios los que llegaron a tus oídos de una manera tergiversada y mal
intencionadamente ampliados.
Querida
Bibian Sophia:
En
estos momentos vemos como las personas trnas han comenzado a tener una voz más
fuerte, más diversa, menos temerosa de la represión. Nuevos liderazgos
comienzan a surgir. Liderazgos que se abren espacio de las maneras que los
viejos liderazgos les han dejado.
La
historia suele ser escrita por quienes vencen. Son esas personas quienes se
abrogan la potestad de decir que sucedió, cómo sucedió y quién es quién. Eso he
visto en varios espacios en los que trabajo con ellas y ellos. El problema ha
radicado en que algunas personas, que tradicionalmente han trabajado por las
personas trans no han aceptado estas nuevas dinámicas y las critican. Con
alguna razón, siento que critican la falta de memoria y la negación del camino
avanzado. Pero por otro lado, también quieren deslegitimar a quienes están
rompiendo con esa tradición de hacer política trans de manera vertical, en
donde unas pocas han crecido y niegan opciones a que otras crezcan.
La
Ola Fucsia se ha propuesto como un espacio horizontal, en el que pueden llegar
todos y todas quienes se quieren articular en un esfuerzo por visibilizar la
necesidad, y urgencia, de discutir y aprobar una Ley de Identidad de Género.
Sé
que has trabajado en un proyecto de Ley. Que lo han discutido, circulado e
intentado alimentar. Pero este esfuerzo no ha sido apoyado por muchas personas
trans y aliadas. Esto, unido a la distancia planteada contigo y con tus
organizaciones aliadas me haría pensar, si estuviera en tus zapatos, sobre
porqué sucede. ¿Será que no genero confianza entre las personas? ¿Será que
genero más bien desconfianza? Estas preguntas tu las sabrás responder mejor que
yo.
Querida
Bibian Sophia:
Quiero
terminar refiriéndome a los términos despectivos que empleaste para referirte
hacia mi. Los cuales no puedo negar que me lastimaron.
Empiezo
por tu descalificación por mi ausencia de ”tránsito”. Creo que no me conoces
bien, y que no sabes si transito o no por los géneros. Tu sabes muy bien que
muchas personas estamos en lugares límites de la sexualidad, y que cada cual se
nombra. No tenemos NINGUNA autoridad para nombrar quien está o no en algún
lugar. Y de otro lugar, así no
transitara, ¿esto me invalida para trabajar temáticas trans? Te invito a que
reflexiones sobre eso.
Me
llamas “aparecida”. (Lo cual es extraño, pues dices que no transito por los
géneros). ¿Lo haces para hacerme sentir mal por mi afeminamiento? ¿Sientes que
mujerear a un hombre lo denigra? No sabes muy bien cuanto tiempo llevo
trabajando temáticas relacionadas a personas trans y no “aparecí”, me articulé
a procesos y camino con ellos y ellas.
Procedes
a decir que usaré tu Facebook como trampolín y que usa a las personas
travestis. Lamento decirte que no necesito trampolines, porque no quiero
saltar, prefiero caminar, avanzar paso a paso. Y por ello tu afirmación de que
“uso” a las personas trans es aún más ofensiva, pues nunca he necesitado usar
de nadie. Reconozco la humanidad de toda persona, en especial de las personas
trans, y no me valgo de ellas para conseguir contratos con la Alcaldía,
Ministerios ni proyectos del Fondo Mundial.
Finalmente
cambias una letra de mi apellido para llamarme “Perra”. Esto no me queda claro.
¿Insinúas que soy promiscuo? Y en caso afirmativo, ¿Qué tiene eso de malo? ¿No
peleamos por la autonomía del cuerpo, de los derechos sexuales? Y por eso
mismo, ¿No hemos aprendido a evitar prácticas de riesgo?
El
otro escenario es que me llames “Perra” para denigrarme. Y vuelvo a preguntar,
¿El uso del femenino es para hacerme sentir menos? ¿Las perras son malas en si
mismas? ¿Los perros si son mejores?
En
síntesis, querida Bibian Sophia, lo que mas me duele de esta confrontación es
que una persona que ha sido formada en derechos humanos, en educación a pares,
que promueve la dignidad de las personas trans, que está encargada de temas de
calidad y asesoró a la Alcaldía en la implementación de la política pública,
capacitando a personas, promoviendo campañas dentro de sus compañeras y
compañeros trans en esta institución, emplee todos estos estereotipos y títulos
denigrantes para una persona gay.
No
creo que podamos llenarnos la boca hablando de PAZ, como lo hiciste tu en el
video de la campaña de reelección de Santos, mientras no desarmemos el corazón,
mientras sigamos perpetuando estereotipos tan ofensivos, mientras sigamos
creyendo en que atacar al otro va a resolver algo.
Una
lección de paz, es justamente esta carta, una invitación a dialogar, de manera
tranquila, con argumentos, con experiencias de vida, con amor por el otro,
incluso cuando hace daño y nos ofende, como ha sucedido entre tu y yo.
Si
no logramos hablar así, ¿Qué esperaremos de las iniciativas legales, de la
política pública distrital, de la política nacional?
Te
extiendo mi mano, y abro las posibilidades para que hablemos. Aunque dejas
claro que he sido “muy atrevida” por intentar hablar contigo, como si fueses
una Reina inalcanzable, siendo que te veo como una mujer trans, comprometida a
su manera con el avance de los derechos de todas y todos.
Recibe
un caluroso abrazo, lleno del amor que puedo sentir por una compañera de lucha.
Jorge
PARRA Oviedo.